miércoles, marzo 26, 2014

la semblanza de mamá

Hace un par de semanas logré mandar una carta por fín a mamá... Sí, se ha convertido en un reto el poder sentarme a escribir y terminar completamente una carta. En ella, incluí un par de fotos en las que había venido trabajando ya hace tiempo, donde le muestro qué tan cercanas nuestras semblanzas son. Y esque desde que recuerdo, siempre he escuchado que me parezco a papá. Así que cada vez que me cepillo el cabello (lo que es raro, porque cuando se trata de rizos, éstos NO se cepillan*) o cuando uso la secadora al alaciarmelo, me miro al espejo y me vuelvo a mirar pues me encanta encontrar la semblanza de mamá.


Si no me equivoco, esta foto es de a principios de los treinta de mamá. La foto colgaba en una de las paredes de la casa donde crecí y aun cuelga en casa de mamá. Se la debo a una de mis primas, quien tomó una foto de ésta en una de sus visitas recientes a México.

* El cabello rizado requiere de extra cuidados y muchos apapachos. Si no se lava, acondiciona y peina como es debido, los rizos nunca están en todo su esplendor. Hay que tener cuidado al cepillarlo en seco... Es mejor desenredarlo siempre en húmedo y con un peine de dientes anchos... O como yo lo prefiero la mayoría de veces, con mis propios dedos :)



domingo, marzo 02, 2014

amor y amistad

Sí, es sorprendente toda la mercadotecnia en la que se invierte cada día del amor y la amistad. En el pasado traté de revelarme al decir que yo y los mios no necesitabamos un día para mostrarnos cuánto nos amabamos (lo que es cierto hasta el momento). Vaya, los valentines (tarjetitas) que recibió mi pequeño se fueron a la basura un par de días después (a excepción de un par)*. Sin argumentar, es una fecha en la que los medios te incitan a comprar, salir y gastar en obsequios, flores, cenas, conciertos. Lo que hace cuestionar sin duda qué significa el día del amor y la amistad en realidad. La lección vino de quien menos lo esperaba...

Hace meses le mostré a mi pequeño cartitas que solía escribirle a su papi con su propio mini-sobrecito. Le fascinaron y me pidió le mostrara cómo hacerlos. Al día siguiente llevó unos cuantos a sus amiguitos quienes no podían creer que habían sido hechos a mano.
El dia del amor y la amistad llega y el pequeño pensó en el perfecto valentine: Una pequeña nota con un sobresito que él mismo haría para cada uno de sus amiguitos, porque ellos no los saben hacer y al compartirles uno entonces ellos podrán crearlos. Zaaaz!... De pronto pensé en los días de secundaria o en high school cuando el día del amor y la amistad era una oportunidad para mí de crear algo especial para mis amigos...

Este pasado dia de San Valentin, mi nene me recordó que es un día en el que se esfuerza o se invierte un poquito más (o se gasta más vaya), para mostrar a aquellos que amamos, admiramos, queremos o simplemente compartimos tiempo diariamente cuál especial o importantes son para nosotros.

Sinceramente, eso de hacer 25 sobrecitos mini sería bastante tardado para mi nene, así que se me ocurrió acelerar el proceso con una plantilla hecha en la computadora (con una pequeña modificación en el sobrecito), imprimirla y preocuparme solo por cortar, doblar y pegar.

Las tres horas (aprox) que nos tomó el pequeño proyecto se quedan en mi corazoncito por siempre. Y la satisfacción y emoción que ví en la carita de mi nene una vez terminadas me ha enseñado que en días como éstos, es el hacer algo por alguien lo que nos llena de satisfacción y termina hacernos sentir más placer en dar que en recibir.

* Aquellas tarjetitas que conservamos fueron aquellas hechas a mano y con un mensajito más personal para el pequeño. Obvio. :)