Los pasados quince diaz han sido bastante estresantes. Papá sufrió un infarto cerebral causado por niveles altos de azucar y presión alta. Estuvo hospitalizado y estará comenzando rehabilitación la próxima semana. Ha sido de tan gran ayuda el tener una hermana enfermera con acceso al seguro médico... No sé qué haríamos sin ella!
Papá mejora poco a poco. Esta noche le pude entender mejor mientras hablábamos por teléfono.
No le agrada el que le hayan puesto bajo una dieta estricta. Extraña su café, su pan de dulce y añora unas enfrijoladas.
Mami trata de permanecer paciente, pero le es difícil mantener compostura y no quebrarse mientras habla conmigo... Ojalá pudiera abrazarle fuerte fuerte y asegurarle que todo estará bien.
Me imagino qué haría yo si el día de mañana el médico me dijera que el café está fuera de límites. Me imagino qué tan gruñona me pondría al saberme 'impotente' y no poder realizar mis actividades diarias por si sola. Solo imagino lo que papá sentirá en estos momentos.
Y mientras imagino, pienso en lo dichosa que soy de tener una salud moderada que me permite aún levantarme, hacerme una taza de café y despertar a mis nenes por las mañanas. Pienso en lo incómodo que se está convirtiendo este dolor de espalda/cintura que he venido teniendo desde ya un buen tiempo y en lo negligente que estoy siendo conmigo misma por no darme el tiempo de visitar al médico... Es hora de evaluar prioridades porque quiero permanecer en este mundo muchos, muchos años más.
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